¿Alguna vez te ha pasado que te sentías fuera de lugar en una galería o museo de arte? ¿Sentiste que no sabías lo suficiente como para poder disfrutar una obra de arte? Si tu respuesta es que sí, este artículo puede interesarte.
En nuestro pensamiento, muchas veces erróneo, hemos catalogado al arte como una experiencia que solamente puede ser disfrutada por los grandes conocedores, sin embargo, no siempre tiene que ser así.
Apreciando una pieza de arte, desde la mirada sensible
Para poder disfrutar de un trabajo artístico, es necesario que explotemos nuestra mirada sensible hacia lo que quiere transmitir una obra. Si bien es cierto, el tener una experiencia previa sobre las características del arte y los estilos sumaría mucho a la crítica, no es necesario contar con estudios previos para poder sensibilizarnos ante una pieza y percibir lo que el artista quiso transmitir.
No existe una sola forma de interpretar las cosas. Partiendo del punto de que las apreciaciones son subjetivas, como espectadores, nosotros le otorgamos el significado a las obras, a partir de lo que nos suscita emocionalmente, ya sea a partir de la experiencia propia de nuestra vida o desde nuestra sensibilidad.
¿Necesito saber de estilos?
Más que entender de qué estilo es del que se está hablando en la obra, hay que sentir, dejarnos llevar y tratar de suponer lo que el artista plasmó sobre el lienzo.
El apreciar una obra de arte no debe suponer que pensemos en una serie de pasos científicos para poder llegar a una conclusión, sino que observemos desde nuestra perspectiva emocional, sintiéndonos libre de poder otorgarle el significado a partir del análisis del total de la obra, prestando atención a los detalles: el tamaño de las formas, las líneas, los colores y texturas. No hay que ser experto en arte para poder expresar lo que un color cálido nos transmite o una línea muy marcada puede llegar a significar.
Demos rienda suelta a nuestro sentir, soñemos, sintamos y entreguémonos por completo a buscar en nuestro interior los significados que queremos otorgarle a las cosas. El arte no es para unos cuantos, el arte es para los que tenemos la capacidad de apreciar, observar y sentir. El arte es para todos.
